Este verano compré estos faroles para la terraza de la azotea, son de hierro y claro en cuanto llovió se oxidaron...
Como se puede observar la chapa es muy fina y está muy oxidada... por lo que si no tomaba medidas es posible que acabaran deteriorándose tanto que fuera imposible repararlos...
Por lo que al igual que hice con la tapa de sumidero antigua que restauré hace unos días opté por utilizar el producto para eliminar el óxido de Bruguer...
este producto es fantástico porque no hay que lijar, elimina el óxido y neutraliza el proceso de oxidación, protegiendo el objeto...
Comenzamos aplicando el producto en la parte interior, con una brocha.
y poco a poco podemos observar como el óxido se transforma y cambia el color a negro...
Aquí se puede ver cómo cambia la zona en la que se ha aplicado el producto va tornándose de color negro...
Una vez terminamos de aplicar el producto en el interior del farol, pasamos a hacerlo en la parte exterior...
Y transcurrido el tiempo de secado... nuestros faroles tienen este aspecto:
Ahora sólo nos falta aplicar una pintura para metales, para que queden protegidos...
Yo he optado por la aplicación en spray, y he de confesar que no he sido yo, fueron nuestros alumnos de Formación Profesional Básica quienes hicieron el trabajo final de pintar los faroles...
El resultado final es estupendo, los pintaron fenomenal y a cambio se ganaron un bizcocho de limón
Un buen trabajo... son unos alumnos y alumnas estupendas...