Más fácil imposible... y con un sabor exquisito...
Sólo necesitamos:
Manzanas + mantequilla
Pelamos las manzanas, las cortamos en gajos y les quitamos el corazón...
A continuación calentamos la mantequilla en una sartén, el fuego no muy alto para que no se queme...
Añadimos las manzanas...
Seguimos cocinando las manzanas a fuego bajo para que no se quemen...
Tened cuidado al voltearlas para evitar que se rompan... ya que se ablandan a medida que se cocinan...
Cuando están doradas las retiramos del fuego y servimos...
Adquieren una textura tierna, con el toque dorado y el dulzor de la manzana que le da un toque caramelizado sin necesidad de añadir azúcar...
Consejos y sugerencias:
- Aquí he utilizado manzanas golden, pero con reinetas quedan fantásticas y si os gusta un toque más ácido podéis hacerlas con manzanas verdes...
- Es recomendable cortarlas justo antes de cocinarlas para evitar que se oxiden.
- Si se les añade un poco de canela ya tenéis un postre listo...
- Combinan a la perfección con unas pechugas de pollo a la plancha, secreto de cerdo o el lomo a la sal que os enseñé el otro día.
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